Preprint publicado en MedRxiv

Las imágenes moleculares multimodales revelan la activación tisular de las células T y la persistencia del ARN vírico hasta 2 años después de COVID-19

Evaluamos la desregulación inmunitaria en un grupo de 24 participantes mediante un nuevo trazador y tomografía por emisión de positrones (PET) de cuerpo entero. Observamos un aumento significativo de la activación de las células T en el grupo post-COVID (aquellos con y sin COVID largo) en muchas regiones anatómicas. Las células T son un tipo de célula inmunitaria que combate las células infectadas por virus u otros patógenos. Observamos que el aumento de la activación de estas células inmunitarias en la médula espinal y la pared intestinal también se correlacionaba con la presencia de síntomas neurocognitivos y gastrointestinales de COVID Larga, respectivamente. Preguntándonos qué podría estar agravando estas células inmunitarias, pedimos a un subconjunto de 5 participantes en el diagnóstico por imagen que se sometieran a un procedimiento de biopsia intestinal para evaluar la posible presencia de persistencia vírica, es decir, la idea de que fragmentos del virus COVID-19 pueden estar merodeando por los tejidos del cuerpo mucho después de que haya finalizado el periodo de infección aguda, lo que puede estar contribuyendo a los síntomas de COVID prolongada. En los 5 participantes, encontramos ARN (el material genético) del virus COVID-19 en el tejido intestinal, lo que sugiere que este material vírico podría estar asociado a la alteración a largo plazo del sistema inmunitario.

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